viernes, 17 de agosto de 2012

Caral, el encanto del algodón... y el achiote

Vista de las pirámides de Caral y más al fondo el valle de Supe.

En medio del desierto solo estos cactus sobreviven.
Habíamos oído de la primera ciudad americana. No ir a verla se me antojaba algo semejante a cerrar los ojos al pasado y a todo lo que ellos implica.

Caminamos entre una serie de pirámides truncas y plazas circulares, estamos rodeados de arena y el sol se muetra inclemente. No estamos en México ni mucho menos en Egipto. Una enorme roca enclavada en el centro de una explanada hace las veces de Intihuatana o reloj solar. No estamos en Machu Picchu, aunque en cada rincón algo nos hace pensar en el coloso andino. Estamos en Caral, a aproximadamente tres horas de Lima viajando hacia el norte. La importancia de este lugar, está siendo reconocida progresivamente (curiosamente se le aprecia más en otros países que en Perú) y el interés que genera va creciendo día a día.

Pirámide en Caral 
Ahora bien, luego de tanto preámbulo, quiero hablar un poco de algunas cosas que me llamaron poderosamente la atención.

Otra pirámide escalonada en Caral.
¿Reloj solar?
De los bienes que se producían en esta tierra antes de la llegada de los conquistadores españoles, además de los alimenticios, quizá ninguno haya sido tan apreciado como el algodón (Gossypium barbadense). Fuese para vestirse, para fabricar redes o para crear mantos de una belleza extraordinaria, los tejidos de algodón siempre han estado en el imaginario peruano, asociados a Paracas como un símbolo indudable de nuestro pasado precolombino. Ya en otra nota comenté algo sobre la Marca Perú, la espiral de Caral y las Líneas de Nazca, quizá pueda usted lector darse una vuelta por allí.

Vista de una pirámide en Caral
Pero recién apreciamos el poder que otorgaba el dominio de este producto, cuando vemos que en Caral 2900 a.C. se erigió la ciudad más antigua de América* y que el principal producto que se trocaba no era otro que el algodón. Una rápida revista a los objetos encontrados en el sitio de Caral nos permiten identificar elementos provenientes de la selva, de la costa norte (actual Ecuador), de la sierra y de distintas y muy lejanas localidades.

Pirámide con rampa de acceso. Caral.
En una exposición a la que acudí hace unos años vi las canastas tejidas y no pude sino recordar a las tejedoras de junco que desde pequeño vi en Huacho y el norte chico. Vi el achiote recopilado en gran cantidad y recuerdo una multitud de recetas huachanas elaboradas sobre la base de ese condimento. Y claro, cómo olvidar ese «pollo enjamonado» que preparaba mi tía Edelmira Churrango, que no era otra cosa que pollo en salsa de achiote (allí en el norte chico el achiote se usa en casi todo).**

Pirámide Mayor en Caral.
Muros de piedra en Caral.
Sea como fuere, lo cierto es que Caral aparece a vuelo de pájaro, como un lugar en el que la elaboración de bienes de primera necesidad y no de materias primas, ya que según parece lo que se exportaba no era algodón, sino productos de algodón, tales como redes. Hablamos, pues, de un pueblo exportador y constructor de pirámides... 

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*Caral no es sólo la civilización más antigua de América, sino una de las más antiguas del mundo y su construcción es paralela a Ur o Lagash en Mesopotamia, o las pirámides de Giza en Egipto.


**Voy a buscar algunas recetas de aquellas en mi próxima visita a la familia, para postearlas. Baste decir, por ahora, que además de ese pollo "enjamonado", el achiote es ingrediente fundamental de la tradicional (ver receta) "Salchicha huacho".