Cuando era pequeño el arroz chaufa, tenía además de un color casi marrón, pedacitos
de jamonada y hot dog que yo correteaba casi escarbando entre las cebollas
chinas (blancas y verdes) que esquivaba como demente. También tenía el
susodicho potaje trocitos de pollo frito y cuadraditos de torrejitas que mi tía
Edelmira cuidadosamente cortaba para que fueran similares la una a la otra. Sí,
ese era el arroz chaufa de mi niñez.
He de confesar que no me gustaba mucho el arroz chaufa…
Cuando crecí, brutalmente inspirado por los paquetazos de Alan y el Fujishock,
logré vencer mis miedos infantiles —en lo referente a comida, al menos— y llegué
a apreciar cada bocado que llegaba a mi mesa, incluido, claro está, el arroz
chaufa.
Años van, años vienen aprendí que el arroz chaufa de chifa no tenía ni hot dog
ni jamonada ni torrejitas en cuadritos. La cebolla era poca y el color algo
diferente. Sí, había otro arroz chaufa y yo lo amaba.
Y lo sigo amando. Tiempo después, mientras estudiaba un curso de cocina
asiática aprendí una receta tipo chifa que aquí comparto.
Arroz chaufa con pollo (tipo chifa)
Ingredientes:
4 tazas de arroz cocido sin sal.
200 gr de pechuga de pollo picada en trocitos.
Sillao al gusto.
2 huevos.
Aceite vegetal.
Aceite de ajonjolí.
Zumo de kión.
Glutamato (ajinomoto para la mayoría).
Chuño.
Azúcar
Puesta a punto:
Picar la parte verde de la cebolla china (cebolla de verdeo o cebollín le
llaman también) y reservarla.
Rallar el kión y exprimirlo en la mano para obtener solo el zumo. Reservar el
líquido en un potecito.
Batir los dos huevos con sal como para hacer una tortilla.
Sazonar el pollo con sal, pimienta, ajinomoto y chuño y luego freírlo en
aceite vegetal.
Preparación:
En un wok, en el que previamente se ha frito el pollo, echar el huevo para hacer
una tortilla, cuando empieza a hacerse agregar el arroz cocido, revolver bien y
saborizar con una pizca de azúcar, el zumo de kión, sal, ajinomoto, sillao y
pimienta. Añadir un poco de caldo de pollo, el pollo, la cebolla china, mezclar
salteando y moviendo con un cucharón, y listo, a servir caliente.
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El arroz debe estar frío, en la medida de los posible ser del día anterior.
Mucho del sabor lo da el fuego alto que solo se logra en cocinas
industriales, pero saldrá una buena receta.
Puede tomar un poco de tiempo encontrar el punto en el zumo de kión (es
bastante fuerte y hay que tener cuidado al echarlo).
En cuanto al caldo de pollo, es solo
un poco, como para que no quede muy seco.
No tema al echar azúcar, es parte importante en el sabor y solo es una
pizca.