Sí, ese perro es el héroe trágico que adorna esta larga lista de héroes trágicos que han venido a ser parte de las "patologías mentales" -aunque de suyo, el solo hecho de tener una mente ya sea patológico- recuerrentes en los tratados psicológicos. Complejo de Edipo, complejo de Electra, complejo de Antígona -ha de haberlo- y es que los locos y los acomplejados no nos creemos gente común y corriente, porque eso no es locura, sino una cojudez tremenda. De tal suerte que nosotros, como Alonso Quijano queremos ser alguien importante, un héroe trágico, un escritor, un conquistador, qué sé yo, Napoleón, Edipo o Vargas Llosa.
Pero bueno, volvamos al perro de nuestra historia. El perro de techo es -como decía- un perro hosco y hostil, un animal que cree que odia al mundo y que cree a su vez que el mundo lo odia a él y que por tanto se encierra en sí mismo.
A continuación algunas frases de perro de techo:
-Me llega al pincho
-Me llega esta vida
-No confíes en la gente
-Todo esto apesta
-Qué me queda
Ahora bien, hemos de aclarar que existe gente que por propio convencimiento es así -digo, debe haberla-, pero el "perro de techo humano", es aquel que le ladra a la vida que pasa por su costado, y que un día asume aquella actitud de la mascota sin afecto, que apenas recibe una caricia se transforma en el más fiel y humilde de los sirvientes. Y es de esa manera que solemos ver a aquello individuos que antes se jactaban de su independencia, felices de ser pisoteados en sus derechos con tal de recibir algo de afecto, volviéndose casi irreconocibles.
¿Pero -varias veces me he preguntado-, qué motiva el cambio?
La respuesta es: la mera y simple búsqueda de afecto.
Y es que el afecto es el todo y al perro de techo no le importa nada más que el afecto en sí. El afecto se objetiviza en la primera persona que les sonríe. Y entonces ellos quieren correr a dar y recibir afecto. Y aun cuando no reciban afecto, se aferran a la relación afectiva que pende y depende de ellos, porque de perderla, lo que se pierde no es a la persona amada -no hay tal persona amada, sino una proyección de le necesidad de estar en una ambiente afectivo- sino, el afecto en sí. Origen de toda búsqueda del perro de techo. Opiniones discutibles que van y vienen.
Para finalizar, no queda sino remitirnos a la sabiduría popular, tan sabia como vieja, que no en vano dice.
Estoy más arrecho, que perro de techo
Me parece muy interesante como tornaste la busqueda afectiva que busca un perro y tambien una persona. Es que es cierto muchas personas solo buscamos algo de afecto y tratamos de aferrarnos a ello, pensando que ese tipo de lazo depende de nosotros. Es que el ser humano por propia naturaleza busca compa;ia sin importar como se dea este tipo de compa;ia. Disculpa por las faltas ortograficas ya sabes que en EEUU no hay tildes. Clyde, Ohio
ResponderEliminarJAJAJJAJAJJA LA WUEA DE LOS PERROS EN LOS TECHOS ES DE FLAITES Y WNS QUE NO TIENEN PATIOS.
ResponderEliminarES RARO VER QUE TE LADREN DE UN TECHO