martes, 1 de enero de 2013

El joven snob - bestiario

El joven snob se detiene, los brazos cruzados a la altura del pecho, en el segundo piso de su facultad, y desde allí, parapetado, observa con desdén al resto de sus compañeros. Enormes recuas de reggaetoneros, fanáticos de Combate y cuanta sandez «carcomecerebros» proyecten los programas televisivos aparecen ante sus ojos.
Un típico joven snob

Sí, el joven snob se siente solo en medio de esos infelices.

Por las noches el joven snob es más feliz, cuando se reúne con sus amigos en El Directorio, El Yakana o el Etnias, por las noches, enfundado en su larga bufanda gris, el joven snob pasea por las calles del centro de Lima acompañado de sus amigos. Gustan de ir a Quilca a ver libros y buscar algún recital de poesía que anime la noche.

Siempre con su libro de poemas escogidos de William Blake, el joven snob se pasea por su facultad. ¿Qué hace allí? No lo sabe, él debería estar en Literatura o Arte, pero se equivocó de destino, y es así como el joven snob llega a detestar los días bulliciosos plagados de gente irracional, y desde ese segundo piso los mira con desprecio, sabiendo que un día dejará de asistir a ese lugar.

Triste por no cambiar aún su suerte, el joven snob se retira dispuesto a buscar un libro para leer. Encuentra por fin el libro que ha estado buscando, Las Flores del Mal, y lo recoge de la mesa feliz de haberlo encontrado. Antes de agarrarlo empuja con desdén un ejemplar de El zorro de arriba y el zorro de abajo que estaba tapando al otro libro. 

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Foto cortesía de Jesus is my Buddy.