El joven snob se
detiene, los brazos cruzados a la altura del pecho, en el segundo piso de su
facultad, y desde allí, parapetado, observa con desdén al resto de sus
compañeros. Enormes recuas de reggaetoneros, fanáticos de Combate y cuanta
sandez «carcomecerebros» proyecten los programas televisivos aparecen ante sus
ojos.
Un típico joven snob |
Sí, el joven snob
se siente solo en medio de esos infelices.
Por las noches el
joven snob es más feliz, cuando se reúne con sus amigos en El Directorio, El
Yakana o el Etnias, por las noches, enfundado en su larga bufanda gris, el joven
snob pasea por las calles del centro de Lima acompañado de sus amigos. Gustan
de ir a Quilca a ver libros y buscar algún recital de poesía que anime la noche.
Siempre con su
libro de poemas escogidos de William Blake, el joven snob se pasea por su
facultad. ¿Qué hace allí? No lo sabe, él debería estar en Literatura o Arte,
pero se equivocó de destino, y es así como el joven snob llega a detestar los
días bulliciosos plagados de gente irracional, y desde ese segundo piso los
mira con desprecio, sabiendo que un día dejará de asistir a ese lugar.
Triste por no
cambiar aún su suerte, el joven snob se retira dispuesto a buscar un libro para
leer. Encuentra por fin el libro que ha estado buscando, Las Flores del Mal, y lo recoge de la mesa feliz de haberlo encontrado. Antes
de agarrarlo empuja con desdén un ejemplar de El zorro de arriba y el zorro de
abajo que estaba tapando al otro libro.
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Foto cortesía de Jesus is my Buddy.
Foto cortesía de Jesus is my Buddy.