Hay palabras que se le quedan grabadas en las fibras más
sensibles a uno y empiezan a definirlo como persona. Algo de eso me pasó cuando era adolescente y
hoy, sentado aquí frente al monitor, me dije que, a manera de terapia, aprovecharía
para comentarlas y hacer un poco de catarsis.
En verdad son más de dos mis poemas favoritos, pero hay
dos poemas de autores peruanos se han hecho carne en mí y los llevo conmigo donde
voy. El primero de ellos lo aprendí cuando tenía trece años y lo recuerdo a
veces cuando camino por las calles meditabundo y cabizbajo. Su nombre es Caso
Nominativo y su autor Jorge Eduardo Eielson. El segundo tiene que ver con mi
época escolar, etapa digna de olvido, de no ser porque en ella mi profesor de
Literatura —un hippie castigado por el sistema—, nos leyó, entre otras obras
geniales, el poema II de Trilce.
Sin más, aquí los comparto:
Jorge Eduardo Eielson |
Caso nominativo
todavía no todavía
el cielo se llama cielo
el perro perro
el gato gato
todavía mi nombre es jorge
¿pero mañana
cuando me llame perro
el perro jorge
el gato cielo
el cielo gato?
¿mañana
cuando tu pierna se llame brazo
tu brazo boca
tu boca ombligo
tu ombligo nada?
Jorge
Eduardo Eielson
II
Tiempo Tiempo.
Mediodía estancado entre relentes.
Bomba aburrida del cuartel achica
tiempo tiempo tiempo tiempo.
Era Era.
Gallos cancionan escarbando en vano.
Boca del claro día que conjuga
era era era era.
Mañana Mañana.
El reposo caliente aún de ser.
Piensa el presente guárdame para
mañana mañana mañana mañana
Nombre Nombre.
¿Qué se llama cuanto heriza nos?
Se llama Lomismo que padece
nombre nombre nombre nombrE.
Mediodía estancado entre relentes.
Bomba aburrida del cuartel achica
tiempo tiempo tiempo tiempo.
Era Era.
Gallos cancionan escarbando en vano.
Boca del claro día que conjuga
era era era era.
Mañana Mañana.
El reposo caliente aún de ser.
Piensa el presente guárdame para
mañana mañana mañana mañana
Nombre Nombre.
¿Qué se llama cuanto heriza nos?
Se llama Lomismo que padece
nombre nombre nombre nombrE.
César
Vallejo