Le decíamos el
cleptómano aunque no había robado nada. Su único problema fue que lo
despidieran luego de obtener un crédito hipotecario. Claro, no pudo pagar las
cuotas y fue echado a la calle. ¿Cuánto había dado el cleptómano de inicial? ¿Diez
mil soles? ¿Quince mil soles? No importa, si usted no paga, el banco lo
desaloja y la inicial más las cuotas que haya abonado se van al agua, o mejor dicho... a las arcas. Si
sacamos la cuenta, el cleptómano habría abonado la inicial y dos años pagando
(supongo benévolamente) setecientos soles mensuales… Unos treinta mil soles.
A los dos meses
otra familia ocupaba su departamento… otra inicial, otras cuotas… el banco no
pierde, pues.
Me aterra ver las
facilidades que se están dando para que gente de sueldos pequeños, casi como el
mío, puedan acceder a crédito
hipotecario. ¿Cuántos como el cleptómano habrá en ese grupo? ¿Qué pasa cuando
el sueño de la casa propia se vuelve una pesadilla?