Cierta vez,
mientras estudiaba cocina, con mi muy buen amigo Melanio Minchola, participamos de un
concurso interno con una idea sencilla que aquí les quiero compartir, el tacu
tacu en keneles y costilla de cerdo en aires de seco limeño.
Empecemos
diciendo que si bien el nombre es un poco largo, obtuvimos el segundo lugar
porque es un potaje bastante sencillo, tiene apariencia gourmet y hace una reingeniería
de un plato exitoso en toda mesa, el seco de frijoles con cabrito con doble
guarnición de arroz y yuca que le sirven a uno en cualquier restaurante de
comida peruana. ¿Qué podíamos hacer con ese plato?
El arroz y el
frijol (en peruano: frejol) se hicieron tacu tacu armado en keneles y cuidadosamente hecho costra en aceite de olivo. La costilla de cordero, peladita para que muestre sus huesitos largos y hermosos, se hizo estofada en la forma regular de
seco (cuyos jugos, reducidos y ligados con mantequilla, sirvieron para hacer
una salsa). La zanahoria fue procesada en otra salsa anaranjada para jugar con
dos colores en la preparación y la yuca, cortada en láminas muy delgadas sirvió
para terminar de darle altura al plato. Para terminar unos choclitos desgranados
por aquí y por allá y listo, un plato agradable al ojo, sin mucho refinamiento
ni pretensiones elitistas.
No tengo la foto porque
mientras preparábamos no contábamos con una cámara fotográfica, pero vamos, la
idea de la reingeniería queda, y la imaginación para decorar no tiene límites…
¿Qué plato se anima usted, amable lector, a reinterpretar?