martes, 20 de octubre de 2009

Línea caliente — sólo para locos (abstenerse caníbales)

Y ya que hablo del transporte, ayer venía en un vehículo de transporte público y me ocurrió lo peor que puede ocurrirle a mi salud mental, se malograron mis audífonos por lo cual acabe escuchando insufribles reaggetones intercalados por llamadas telefónicas. Lo de las llamadas, sin embargo me interesó mucho. El programa este era uno en el que personas solas llaman para dar su número telefónico a la espera de una cita con alguien. Hasta ahí parece gracioso, tonto e inocente. Uno podría preguntarse quién en su sano juicio va a llamar, y así uno termina diciéndose que no es otra cosa que una gracia y que por ejemplo llame diciendo el número de mi amigo Heriberto o cosas por el estilo. Sin embargo la cosa no es tan inocente como parece.

¿Quién puede escuchar ese tipo de programas? Está claro que su público objetivo es gente sin autoestima, personas solitarias que creen que así conocerán a su media naranja, pero también escucha este género de línea caliente una pletórica fauna de depravados sexuales, pederastas, vividores y sabe Dios qué cosa más.

Y fue así que mientras escuchaba llamó un sujeto que decía que quería conocer chicas solas para llevarlas a una discoteca. ¿Qué puede ser ese individuo, sino un violador en potencia? Lo increíble es que un medio de comunicación se preste sin mayor desparpajo a semejante barbaridad. Pensar que esto que parece un juego, es enverdad una posibilidad de caer en el mundo del snuff... sino, recordemos que algo así se contactaron el "Caníbal de Alemania y su amical almuerzo.

Además del internet, hay que ver a qué están expuestos los jóvenes hoy en día. Una vergüenza total.

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