Motociclistas temerarios

A veces uno tiene que enfrentarse con el tráfico y bueno, esta vez me toca hablar de los peores choferes. ¿Habrá alguna clase de bicho más arriesgado que un chofer de Tico? Pues sí, los motociclistas. Y es que los motociclistas no sólo están más expuestos, montados en sus frágiles vehículos, sino que encima, confiados en la pequeñez de su vehículo hacen maniobras perfectamente suicidas que los ponen entre la espada y la pared —o mejor dicho entre la combi y la pared—, arriesgándolos a transformarse en un graffiti más de los que adornan la ciudad.

Pero eso no es todo. Por si eso fuera poco, algunos de estos imprudentes —muy bien, lo acepto no todo chofer de moto, y tampoco de Tico, es un psicópata en potencia, pero digamos que lo es un 98.9% de ellos— gustan de subirse a la vereda y conducir por ella para “cortar camino”.

Ayer mismo, mientras me iba al periódico sentí un zumbido a mi costado y al voltear vi una motocicleta, claro, me hice a un lado y —tras intentar empujarlo sin éxito para que perdiera el equilibrio y se descalabrara la quijada—, lo vi alejarse muy campante por la vereda. Yo me pregunto: ¿Qué tal si en vez de este Viejocaminante hubiera ido por esa vereda un sordomudo? Claro está que si el sordomudo movía un pie hacia la derecha este motociclista lo mataba y seguramente se daba a la fuga. No, pues señores un vehículo debe ser considerado como un arma, tener licencia para usarlo implica mucha responsabilidad, no se le puede dar la licencia a cualquier tarado de estos.

Y hablando de tarados —de paso que termino— ¿han visto a esos hijitos de papá que corren por las calles de la ciudad con una moto pistera como si estuvieran en una competencia?

Peor cosa no puede haber.