sábado, 14 de marzo de 2009

Pare de sufrir (cómpreme agüita ps varón)

Feliz aquel que no ha sido atormentado por estos caballeros que noche a noche llenan nuestras pantallas (¿tiene alguien una idea de cuánto cuesta alquilar un espacio en televisión?) con su acento brasileño y sus interminables ráfagas verbales que terminan pareciéndose más a un spot de Telemercado que a una prédica religiosa.


El agua del río Jordán - Simple magia simpatética.
Fuera de los asuntos extrictamente comerciales del asunto en cuestión, tenemos en ellos un claro ejemplo de lo que James Frazer denominaba "magia simpatética" o magia por contagio. En su famoso estudio llamado La rama dorada, Frazer hablaba de este tipo de magia en el cual, por medio del contacto los objetos pasan a tener las propiedades -buenas y/o malas- de quien los tocó.

Pongamos este ejemplo. Jesús de Nazareth fue bautizado por Juan el Bautista en las aguas del río Jordan, luego las aguas del Jordán son santas, por contagio. Este ejemplo quizá no está tan claramente expuesto, sino hasta que se le compara con otro de estructura similar, pero de naturaleza diferente.

Vayamos al caso de la magia negra o budú. La magia por contagio, en este caso, funciona através de objetos tocados por una persona. Supongamos que el brujo encuentra la taza en la que tomo café y mejor aún, si tiene algo de café que yo tomé. El brujo lanzará toda clase de conjuros y maldiciones hacia la taza partiendo de la idea de que, al haber estado en contacto conmigo, la taza tiene todos los atributos míos.
Podría argumentarse que hay ejemplos de que aquello sí pasa.


(Mateo 9: 20-22)
Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva. Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.


Vemos que la mujer tocó el manto, pero si nos fijamos bien, lo que salva a la mujer es la fe y no el manto en sí. En simples palabras, no había superpoderes en la capa, como tampoco los hay en el agua del río Jordán, en el Santo Grial o en una astilla del arca de Noe.


No es muy difícil ver que -por ignorancia supina- la forma de pensar de unos y la de los brujos es la misma entre unos y otros. En ambos casos hay un trasfondo económico más que espiritual. El brujo busca asegurarse su sustento al igual que los mercaderes de la palabra.
Una cuestión, sin embargo me queda en la mente. Decía Frazer que el peor brujo es el que se cree su magia, porque entonces no sabe mentir cuando ella falla. ¿Ocurrirá lo mismo con sus actuales colegas simpatéticos?

Adjunto fotos de la humilde morada de Edir Macedo, (hacer click para ver más al respecto) creador de Pare de Sufrir.






¿Tiene esto algo de cristiano?

2 comentarios:

  1. a mi que me toque un marciano para que se me peguen lo verdes maestro

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  2. Peluca, te faltó hablar de las rosas bendecidas y la arenita de Tierra Santa (esa se vende hasta en Metro) pero está bueno el post.

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