martes, 3 de febrero de 2009

Policías maltratados y jibarismo

Tuvimos la mala suerte de que Laura Bozzo fuera peruana, de soportar a Magaly Medina y de ver los programas "humorísticos" más vulgares que uno pueda imaginarse. Somos peruanos, sí y sabemos que ver televisión equivale a ser cazado por la tribu de los jíbaros --los conocidos reductores de cabezas-- y correr con la desgracia de ser transformado en amuleto. Nos bombardean con toda una insoportable gama de aberraciones que ofenden no solo por su crudeza, sino por su mal gusto.



El domingo tuve la mala suerte de ver un programa de reportajes de Panamericana televisión en el que se hablaba un baile --si se le puede llamar así-- que era promocionado como la sensación, el sucesor del perreo. Denigración tras denigración promocionada por estas gentes que apuestan por estupidizar a la teleaudiencia en un acto de crueldad mediática.

Eso no fue lo peor, en circunstancias en que las autoridades por fin intentan controlar el salvajismo con el que muchos desadaptados "juegan" a los carnavales, el mismo programa pasó cpn gran pompa cómo se juegan los carnavales en la Victoria. Las imágenes no pudieron ser peores, gente con el rostro embetunado, chicas lanzadas a un inmundo lodazal, botellas de cerveza blandidas con orgullo. Agresión tras agresión.



Por si fuera poco, el último programa de vejaciones lo produjo la propia Policía Nacional del Perú. Tan increíble como suena. Hace poco tuvimos la oportunidad de ver en Dia D, de canal nueve ATV, las torturas con las que los aspirantes a policías son tratados para su ceremonia de "bautizo". Si así empiezan sus días los policías, ya no hay por qué preguntarse por qué hay tanto enfermo mental en la Policía Nacional, por qué hay tanto delincuente vestido de uniforme verde.

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