jueves, 30 de octubre de 2008

Entre el Canon criollo y la narrativa andina

Resulta curioso cómo, los seres humanos solemos agruparnos en torno a algo y desde allí, amparados en un sentimiento de copertenencia, hablamos de un "nosotros" y un "ellos". Esta separación en grupos de individuos que se sienten antagónicos respecto de otros grupos, pero que sienten tener algo en común, con los de su grupo (con "nosotros"), marca una diferenciación de la más diversa índole. Lo peor es que siempre corremos el riesgo de caer en fanatismos. Cuando esto ocurre, se deja de lado lo racional del asunto, ya no se piensa en las diferencias originales -y mucho menos en los puntos en común-, sino solamente en el "ellos mal" y "nosotros bien", una historia de buenos y malos.

Distintas visiones
Este puede ser el caso de los escritores del llamado "Canon criollo peruano", ellos escriben desde Lima, tienen una temática urbana. "La Mafia existe", dice en tono de sorna Ivan Thays. Se refiere al principal argumento que esgrimen contra ellos sus detractores de la narrativa andina, dicen que "ellos" son la Mafia que maneja los concursos literarios, que decide qué es bueno y qué no lo es, qué es literario y qué es lo no literario. Esta es la principal acusación contra los escritores del llamado "Canon criollo", que son herederos de la tradición centralista, de la herencia colonial, quieren manejar los hilos culturales del país desde Lima, hacen eso, dictar cánones. Son un "nosotros" que te pide ser como ellos, para estar en lo correcto, para ser escritor. El paradigma a seguir de ellos es Vargas Llosa.

Del otro lado están los escritores de la "Nueva narrativa andina". Aman a Arguedas y a Washington Delgado. Dicen estar orgullosos de su pasado andino, son una respuesta local a los hilos envolventes de la globalización, defienden los suyo, se enorgullecen de la herencia histórica, son un "nosotros" luchando contra un "ellos". Se reunen de manera aislada, no se juntan con los escritores del canón criollo porque los otros son muy cosmopolitas.
¿Quién excluye a quién?

El mito del bueno y el malo.
Existe en todo esto un riesgo y es el que presentaba al comienzo de este texto, que se caiga en el maniqueísmo absurdo de odiar a la persona, en querer desvalorizar a la obra por el hombre. Tenemos el caso de Celine, autor francés satanizado por haber apoyado al régimen nazi.

¿Quién es el bueno y quién el malo?

Como en las Sagradas escrituras, uno puede dar un paso al costado y decir: "El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra".

-----
Foto: fuente www.elpais.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Exprésate