Carlos Indichuri - ¿Si no lo hacemos nosotros, quién lo hará?

Carlos Indichuri nació en México, hace poco tiempo, pero su sangre es tan foránea como la mitad de su nombre quechua. Su nombre deriva del Inca, soberano del mundo andino -me abstengo de llamarle Perú a aquel pasado remoto-, hijo del sol que en el panteón de esta parte del mundo prehispánico era conocido como "Inti".

Una conversación con Carlos Hurtado Ames, amigo de este Viejocaminante y padre de Carlos Indichuri me llevó a escribir estas breves disquisiciones. Tenemos el quechua, un idoma que tiene mucho de musical, de arrullo y susurro, sin embargo aquí le ponemos a nuestros hijos nombres tales como Michael Jackson, Elvis Presley y demás cosas. ¿Por qué no usar estos nombres?

Es fácil enorgullecernos hablando de 'nuestro pasado cultural', hablando de ruinas, de monumentos arquitectónicos, de estatuillas de oro de ceramios, quipues y toda una aplísima gama de objetos. Y es fácil, porque esas cosas no tienen cara, ni necesidades básicas, porque no tienen sangre corriendo por sus venas. Pero: ¿qué ocurre con las tradiciones culturales que sobreviven en los pueblos?, ¿qué ocurre con los descendientes directos de quienes hicieron esos objetos suntuarios? ¿qué ocurre con algo tan sencillo como los nombres de nuestros hijos?

Ahí no somos descendientes de los Incas, parecemos ser descendientes más bien de algún actor de Hollywood.

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En la foto:
No, no es un monje tibetano. Orgulloso Carlos Hugo Hurtado, cargando a su hijo en el Zócalo de México