Recuerdo la noche fresca de ese 24 de octubre. Me probé unas cuatro camisas. Tenía que entregar unos planos, lo hice y salí corriendo. Ya casi eran las ocho. Me buscas a las ocho, me habías dicho. Imaginé las enormes filas de autos en Javier Prado.
-¿Cuánto me llevas hasta Aviación con San Borja Norte?- le pregunté al taxista.
-Diez soles. -respondió.
Subí apurado, redacté un breve mensaje de texto, escribiendo como demente y lo envié. No sabía si tenías mi nuevo número de celular.
Soy Rubén, ya estoy yendo
-¿La novia?- me dijo el taxista.
-No, es una amiga, pero me gusta bastante- le dije.
-Eso es suficiente, brother. No te preocupes, voy a ir rápido- agregó.
Ese taxista, unido a la causa, pisó el acelerador como si fuera un quinceañero chofer de combi.
YA, ME AVISAS CUANDO LLEGUES
Leí tu respuesta mientras el taxista me contaba historias graciosas que yo olvidaba tan pronto como las escuchaba, porque en mi mente solo estaba el encontrarte. ¿Cómo estarías?, me preguntaba, me habías dicho que te habías cambiado el color del cabello y que ahora lo usabas más corto. Mientras, mi compañero de viaje presionaba el acelerador hasta casi fundirlo con el piso del vehículo. Yo, como ya imaginarás viajaba con las uñas clavadas al asiento, porque ya sabes que detesto la velocidad.
-Ya llegamos, brother- Me dijo el taxista.
Puse un pie en tierra y respiré hondo. La noche seguía fresca, fresca y serena.
y que paso?? pz... no dejes con la intriga... !! fuiste a Sodom?? pucha que yo estaba en segunda fila =D y sali cansadazo que aun me duele la espalda por algunos codazos pero feliz!! salud, maestro y a la prox. termina la historia pz!
ResponderEliminarRecuerdo aquel día, que bueno encontrarnos. Se empezó a escribir nuestra historia
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