domingo, 6 de abril de 2008

Leonidas Kavakos o el triunfo de la escuela tradicional

Tras la aparición del método Susuki, no son pocos los casos de niños virtuosos que llegan a odiar el instrumento que tocaban y que en la adolescencia se desvinculan totalmente de él.

La enseñanza tradicional no cuenta con estos casos, y tenemos historias de niños como el joven Wolfgang Amadeus Mozart, Isaac Albéniz por mencionar algunos compositores.

Dentro de los grandes intérpretes tenemos a Yehude Menuhin, por ejemplo y ahora tenemos a Leonidas Kavakos. Kavakos es un virtuoso violinista griego, descendiente de un linaje de tres generaciones de músicos. Toca desde los cinco años, se cuenta que las primeras lecciones las recibió de su padre, que no había pasado mucho tiempo y ya había sido matriculado en el conservatorio de Atenas para estudiar de la mano de Stelios Kafantaris. En los Estados Unidos prosiguió sus estudios en las clases magistrales de Josef Gingold en la Universidad de Indiana. 1984 fue el año de su primer debut en concierto en el Festival de Atenas y al año siguiente ganó el Concurso Internacional de Violín Jean Sibelius en Helsinki. Cuatro años después fue galardonado con el premio Paganini Competition. Son increibles sus interpretaciones de Paganini, Sibelius, Debussy, Ravel e incluso Tárrega (con una impresionante versión de Recuerdos de la Alhambra que a continuación cuelgo).


Lo que demuestra esto, creo, es que lo fácil no vale y el sufrimiento y corrección extremas de la formación tradicional dan sus frutos a posteriori, cuando el niño deja llega a ser realmente uno con la música y devulve todo lo que se invirtió en él con creces.