viernes, 9 de noviembre de 2007

¿El dios Tom?

Para cualquiera que haya abierto una cuenta en Myspace le resultará harto conocida la cara de este caballero llamado Tom. No deja de llamarme la atención el que él sea el ojo vigilante en los espacios de los millones de usuarios que existen.

Tom, al igual que muchos otros "Toms" que están rondándonos por ahí, creando páginas tan exitosas como YouTube, Hi5, Facebook o Google (incluido Blogger, donde algún Tom rige este mundo), es una suerte de divinidad, un ente rector que está ahí, controlando lo que hacemos, sin que acaso nos demos cuenta cabal de lo que ello significa.

Intrigado por saber si este tipo existía realmente o era un holograma creado por una computadora, entré a su espacio. A continuación, algunas frases de Tom:

Estoy aquí para ayudarte con MySpace. Nuestro sitio en español es nuevo y aún está en fase de desarrollo (Fase Beta). Ciertas secciones aún no están disponibles en español, ¡pero estamos en ello! Si tienes problemas (funcionalidades que no funcionan, frases en inglés, etc.), puedes contactar conmigo haciendo clic aquí (luego selecciona “Otros” y “Sugestiones”).

Yo soy el único amigo que tendrás automáticamente al crear tu cuenta. Si quieres quitarme, haz clic sobre [Editar amigos] dentro de tu perfil y simplemente bórrame.

Ah, y otra cosa: si tienes alguna idea en cuanto a la funcionalidad de MySpace o quieres que añadamos algo, escríbeme haciendo
clic aquí (luego selecciona “Otro” y “Sugestión”). ¡Si pienso que es buena onda lo haremos!

Al leer esto, me sentí como si estuviera leyendo las palabras de alguna clase de divinidad. Una divinidad que se entera de todo lo que hacemos y que puede cerrar cuentas cuando bien le parezca y, caracho, esto no habría existido unos años atrás.

¿A cuánto poder puede tener acceso una persona como Tom? Y no me refiero al poder económico, que imagino es mucho, estoy hablando del poder mediático, del poder de la palabra. Indudablemente los "Toms" son una suerte de élite impensable en la teoría marxista* o en cualquier manual de sociología del siglo XIX o XX (al inicio, al menos). Tal vez habría más suerte si se le compara con sujetos similares desde una óptica antropológica, quizá etológica. No lo sé, y sin embargo me parece gracioso imaginar que Tom no es, sino una continuidad de ese simio que sacude una rama con violencia para espantar a sus rivales, un simio tecnológico agitando una rama virtual.
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*Salvo adaptaciones postreras, me refiero al instante en que Marx hacía su obra. Ni Nostradamus hubiera imaginado esto del internet