martes, 15 de julio de 2014

Perú: redescubriendo los mundiales de fútbol - el hincha cosmopolita

Hasta inicios de los años ochenta los peruanos creíamos que éramos una potencia futbolística, la prensa nunca tan nacionalista como cuando se habla de balompié, nos había hecho creer que habíamos sido la sensación del Mundial de México 70, que la rompimos en Argentina 78 y que éramos favoritos en España 82. Todo iba bien, se clasificaba seguido al Mundial, y aunque a Perú le habían encajado unas cuantas goleadas Pocho seguía transmitiendo los goles de Cubillas, llenaban los ojos las piruetas del flaco Malásquez. La fuerza atacante de Franco Navarro y la cuchara de Uribe asomaban como el futuro de la selección. Cueto, Chumpitaz, Cubillas y compañía eran inacabables y el mundo le era tan propicio a la selección peruana, que incluso le ganó por un gol a cero a la poderosa selección francesa jugando en Francia.
Camisetas para todos los gustos.

Lo cierto fue que llegó el Mundial de España, y a Perú le tocó un grupo dificilísimo en el que tuvo que jugar contra Italia (a la postre campeón mundial), Camerún (que veía venir sus años de gloria) y Polonia (poderoso equipo de Lato que se quedó con el tercer puesto y antes de eso le metió cinco goles al equipo peruano), y Perú se fue eliminado y humillado.

Pasó el mundial de España, vino México 86, vino Italia 90, Vino EEUU 94, Francia 98 y ya mejor no seguimos contando, vino todo el mundo y Perú ya no clasificó más, y la emoción ahora al hincha no suele durarle más de cinco o seis partidos de la eliminatoria sudamericana, tras los cuales a los peruanos, que tanto nos gusta el fútbol, no nos queda otra que hacernos a la idea de que tenemos que ser hinchas de otras selecciones. Colombia, Italia, Argentina, Alemania, Brasil son solo algunas de las opciones para escoger. Y así los peruanos encontramos otra forma de llegar a los mundiales. 

Selecciones hay de todos los gustos y colores, para qué lamentarse de no clasificar, no, pues, eso es para tontos. A disfrutar el mundial se ha dicho, pero no como observadores imparciales, sino como hinchas, y como hinchas fanáticos que lloran, se insultan con los hinchas de otras selecciones, porque, claro, no se puede ser hincha sin ser medio barrabrava, y entonces ya así, como hinchas cosmopolitas, alentando a todas las otras camisetas, los peruanos hemos descubierto como vivir y sufrir la euforia de los mundiales, y de nuevo, durante un mes deportivo, somos felices.