La niña mala se
llama Paulina Peña y vive en México, pero pudo llamarse César Flores Cossio* y
tener varias décadas de fascista existencia. Hace poco ha saltado a la luz la
verdad respecto del clasismo —cuando menos— de la hija del candidato del PRI en
México Enrique Peña. La niña, para los que no saben, ante los ataques a su
padre opinó en Twitter:
Pero la niña
parece que ha heredado las virtudes de su padre, quien confundió en la feria del Libro de Guadalajara a Carlos Fuentes con Enrique
Krauze al citar al autor de La Silla del Águila. A todo esto la revista QUIEN
eligió a la muchacha entre las diez niñas más bonitas de México y a su padre como uno de los hombres que mueven México. Bonito honor
para esa tiranilla.
En fin, gracias a
mi amigo Carlos Caballero pude ver en Facebook esta respuesta que me parece digna de ser publicada.
El filósofo blogger y escritor mexicano Héctor
Jesús Zagal Arreguín le escribe como respuesta:
No tengo el gusto de conocerte personalmente. No sé
cómo eres, desconozco tus cualidades, tus aficiones, tus intereses. Entiendo tu
molestia al escuchar las críticas a tu padre, Enrique Peña Nieto. Son gajes del
oficio. Deberás irte acostumbrando a los ataques contra él. En una democracia,
la crítica es un ejercicio fundamental. Tu padre es una figura pública y, por
ende, sus actos serán juzgados con rigor. “¿Por qué son tan duros con él?”, te
preguntarás. Bueno, los funcionarios públicos ganan mucho dinero. Hay miles de
personas dispuestas a sufrir críticas y cuestionamientos con tal de figurar en
la nómina oficial. El sueldo bien vale esos golpes. ¿No?
Pero no es de tu padre de quien quiero hablar, sino
de ti. ¿Te confieso algo? Me aterra que hayas utilizado la expresión “hijos de
la prole” como un insulto. Insisto, es disculpable que te enfades por la burla
hacia tu padre. No me asustaría que los llamaras “babosos”, “tontos”. Es más,
no le preocupa el que nos hayas llamado “pendejos”. En cambio, no se puede
excusar tu menosprecio a los hijos de los trabajadores, de los obreros.
¿Oíste del escándalo de
las Ladies de Polanco? Descalificaron a un policía llamándolo “asalariado”.
Algo similar hiciste tú: descalificas a la mitad del país por su condición
social. ¿Qué tiene de malo ser hijo de un obrero? Sabes, yo soy nieto de un minero,
un proletario. No me da vergüenza decirlo. ¿Te avergonzarías de tu padre si
fuese un vendedor de tamales o un plomero?
Sin pretenderlo,
con tus palabras has revelado tu clasismo. Desprecias el trabajo manual.
Minusvaloras a quienes se mantienen con su esfuerzo. ¡Qué tristeza que así
piense la hija de un candidato presidencial!
“Hijos de la prole”
son, en efecto, quienes estudiaron en escuelas públicas, quienes utilizan el
metro, quienes no comen cortes argentinos y quesos españoles, quienes no
utilizan zapatos de miles de pesos, quienes no se atienden en el hospital ABC,
quienes no viajan en helicóptero. Los hijos de la prole, por el contrario,
deben hacer largas horas de filas en las clínicas del seguro social, deben
comer carbohidratos (tortillas), deben estudiar en salones sin computadoras,
deben apretujarse en los transportes públicos. Los hijos de la prole, querida
Paulina, ganan en un año lo que tu padre gana en una semana.
Cuando leas estas
líneas has el siguiente ejercicio. Revisa lo que llevas puesto encima: perfume,
cremas, desodorante, ropa, zapatos, celulares, aretes. Suma el total. ¿Sabes
que traes encima más de lo que una indígena gana durante un año de trabajo duro?
Paulina, me da terror que
pienses así. Tu lapsus reveló tu “realidad”: vives en una burbuja color de
rosa. “Hijos de la prole” no es un insulto, sino un título honorable. Este
país, que tu padre aspira a gobernar, depende de los obreros, de los
campesinos, de los empleados, depende de esas personas a quienes menosprecias.
Ojalá este
gravísimo desliz, no sea fruto de la educación que recibiste en casa. Ojalá y
sea culpa tuya, fruto de tu arrogancia (tan propia, eso sí, de la clase alta
mexicana). ¿Qué será de México si lo llega a gobernar una persona que desprecia
al proletariado?
Mira Paulina, me
parece que por tu bien, debes inscribirte en una escuela pública, reducir tu
escolta al mínimo, tomar el metro en horas pico, y ponerte a trabajar. Por si
no lo sabes, muchos de los “hijos de la prole” se pagan sus estudios con su
trabajo: los hay campesinos, vendedores, obreros. Algunos trabajan desde niños.
Paulina, haz puesto
en riesgo el futuro político de tu padre. Pero lo que es más grave: pones en
peligro en riesgo el futuro de México
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* El hombre en cuestión, fue el famoso padre de la candidata presidencial peruana Lourdes Flores (que cual Hamlet, perseguida por el fantasma de su padre, tras aquel incidente no puede postular a nada), quien en un país netamente andino, llamó al entonces candidato presidencial Alejandro Toledo «el auquénido de Harvard». Ni más ni menos un Paulino, igual de bestia.