Los que recordábamos que un 28 de junio fue asesinado el Archiduque Francisco Fernando en Sarajevo —hecho que dio paso a la Primera Guerra Mundial—, ahora podremos meter en nuestro banco de memoria que el 28 de junio se ha establecido el Día del Cebiche en Perú, aunque bien pudo llamarse de los cebiches, por la sabrosa variedad que de la que disponemos.
Algo curioso de la celebración de este día es que se haga en invierno, cuando todos sabemos que es el verano la época que todos asocian a este plato frío. Imagino que ha primado la intención de elevar ayudar con la demanda a los pescadores, que al día siguiente están de fiesta, y de paso incrementar las ventas en una temporada que les es un poco baja a las cebicherías —algo así como promocionar el comer un cebiche en la nochecita, algo que no todos hemos hecho y que, la verdad parece no tener nada de malo, salvo error u omisión a la algunos comensales, especialmente los turistas, hemos sobrevivido—. Y, bueno, este Día del Cebiche —así, con «b» por razones que ya expuse en otro post— podemos aprovechar para deleitar nuestro paladar con ese plato y si sabemos prepararlo —si no sabe, aprenda, porque como decía mi amigo Felipe Gordillo, no saber lo básico de la preparación de un cebiche o un pisco sour es para los peruanos como no conocer Machu Picchu—, mucho mejor, que nada como el amor para agregarle un plus a un plato especial y sorprender a las personas que más queremos.
Feliz Día, Cebiche.
Algo curioso de la celebración de este día es que se haga en invierno, cuando todos sabemos que es el verano la época que todos asocian a este plato frío. Imagino que ha primado la intención de elevar ayudar con la demanda a los pescadores, que al día siguiente están de fiesta, y de paso incrementar las ventas en una temporada que les es un poco baja a las cebicherías —algo así como promocionar el comer un cebiche en la nochecita, algo que no todos hemos hecho y que, la verdad parece no tener nada de malo, salvo error u omisión a la algunos comensales, especialmente los turistas, hemos sobrevivido—. Y, bueno, este Día del Cebiche —así, con «b» por razones que ya expuse en otro post— podemos aprovechar para deleitar nuestro paladar con ese plato y si sabemos prepararlo —si no sabe, aprenda, porque como decía mi amigo Felipe Gordillo, no saber lo básico de la preparación de un cebiche o un pisco sour es para los peruanos como no conocer Machu Picchu—, mucho mejor, que nada como el amor para agregarle un plus a un plato especial y sorprender a las personas que más queremos.
Feliz Día, Cebiche.