miércoles, 26 de enero de 2011

Vallejo, su sombra, el Nobel y el Poema II de Trilce...



Alguna vez escuché decir que luego de César Vallejo en la escena literaria peruana basta levantar una piedra para encontrar un poeta, porque su sombra es tan grande que todavía los jóvenes viven soñando con ser Vallejo. Con lo poco que tenga de verdad esta afirmación me sirve para entrar a hablar de aquella frasecilla que a veces nos hace perder el tiempo en discusiones bizantinas. ¿Y si…? ¿Y si Vallejo hubiera ganado —el tan merecido por cierto— Nobel de Literatura? Y así, mientras nos preguntamos estas cosas terminamos pensando si acaso la sombra de Vargas Llosa —discrepo con los que creen que con él la literatura peruana ha llegado a su punto más alto— generará una legión de narradores.

Mientras pensamos estas cuestiones los dejo con el poema II de «Trilce», un poema maravilloso que cuelgo, porque al borde de la amnesia es el uno de los pocos que recuerdo de cabo a rabo y de regalo una imagen de Vallejo coloreada por este servidor.

Trilce

II


Tiempo Tiempo.
Mediodía estancado entre relentes.
Bomba aburrida del cuartel achica
tiempo tiempo tiempo tiempo.

Era Era.
Gallos cancionan escarbando en vano.
Boca del claro día que conjuga
era era era era.

Mañana Mañana.
El reposo caliente aún de ser.
Piensa el presente guárdame para
mañana mañana mañana mañana

Nombre Nombre.
¿Qué se llama cuanto heriza nos?
Se llama Lomismo que padece
nombre nombre nombre nombrE.

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