Y un día Júpiter, se quitó el cinto, y no es que se la cayeran los pantalones al héroe mitológico griego, sino que estamos hablando del planeta. Aquella imagen que crecimos viendo del enorme planeta ha cambiado por completo —aunque de hecho los científicos aseguran que este fenómeno natural ya había desaparecido en otras oportunidades, pero nunca con la vertiginosa velocidad actual— y nadie puede asegurar que vuelva a aparecer.
Es curioso, pero, viendo las fotografías del satélite, Júpiter, sin su peculiar Mancha Roja y sino el cinturón en cuestión —es necesario aclarar que ambas cosas no son sino enormes nubes de gases— se ve como uno de esos amigos nuestros que un día llegan sin lunares, con el cabello rubio o algo semejante, de manera tal que parecen unos completos extraños.
¡Ah, Júpiter, se te van a caer los pantalones!
Es curioso, pero, viendo las fotografías del satélite, Júpiter, sin su peculiar Mancha Roja y sino el cinturón en cuestión —es necesario aclarar que ambas cosas no son sino enormes nubes de gases— se ve como uno de esos amigos nuestros que un día llegan sin lunares, con el cabello rubio o algo semejante, de manera tal que parecen unos completos extraños.
¡Ah, Júpiter, se te van a caer los pantalones!
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