Nuevamente es viernes y no deja de sorprenderme cómo, pasado el mes de julio, cada vez que se acerca el fin de año, los viernes vienen de manera más rauda como persiguiéndose los unos a los otros. Hace poco comentaba con mi esposa que cuando éramos niños, el año parecía ser una lapso demasiado largo y ahora, conforme nos hacemos mayores —envejecemos es un poco mucho—, cada año se hace más y más corto.
Y bueno, ahora que escribía me acordaba que ayer leí sobre restos de un homínido anterior a Lucy, la famosa Australopithecus afarensis de Leakey de 3’600,000 años de antigüedad (un poco más vieja que mi amigo Boris, cuya edad se pierde en el umbral del tiempo). La jovencita en cuestión —porque esta vez el hallazgo es de una fémina de huesitos muy duros de roer— ha sido “bautizada” con el nombre de Ardi, tiene 4.4 millones de años y pertenece a la rama de los Ardipithecus ramidus, de los cuales ella es el resto mejor conservado, amén de un conjunto de tibias, peronés maxilares y alguno que otro metatarso dejado por sus congéneres y que los científicos encontraron regados por allí como semillas de arroz.
El asunto es que —y aquí viene lo polémico— se dice que sería el eslabón perdido, que siempre va a estar perdido, dicho sea de paso. Pero yo me pregunto si no será que simplemente es una especie. ¿Acaso el chimpancé es la evolución del gorila? ¿Acaso el hombre es la evolución del chimpancé? ¿Por qué ese afán de catalogar a unos en mejores y peores? Basta de abusos, no discriminemos a los monitos. Son otra especie y listo, un poco de igualdad, habráse visto.
Por cierto es claro que hasta ahora no se ha visto a alguna especie evolucionando. ¿Han visto ustedes alguna?
En fin, es viernes… prepárense a descansar.
Y bueno, ahora que escribía me acordaba que ayer leí sobre restos de un homínido anterior a Lucy, la famosa Australopithecus afarensis de Leakey de 3’600,000 años de antigüedad (un poco más vieja que mi amigo Boris, cuya edad se pierde en el umbral del tiempo). La jovencita en cuestión —porque esta vez el hallazgo es de una fémina de huesitos muy duros de roer— ha sido “bautizada” con el nombre de Ardi, tiene 4.4 millones de años y pertenece a la rama de los Ardipithecus ramidus, de los cuales ella es el resto mejor conservado, amén de un conjunto de tibias, peronés maxilares y alguno que otro metatarso dejado por sus congéneres y que los científicos encontraron regados por allí como semillas de arroz.
El asunto es que —y aquí viene lo polémico— se dice que sería el eslabón perdido, que siempre va a estar perdido, dicho sea de paso. Pero yo me pregunto si no será que simplemente es una especie. ¿Acaso el chimpancé es la evolución del gorila? ¿Acaso el hombre es la evolución del chimpancé? ¿Por qué ese afán de catalogar a unos en mejores y peores? Basta de abusos, no discriminemos a los monitos. Son otra especie y listo, un poco de igualdad, habráse visto.
Por cierto es claro que hasta ahora no se ha visto a alguna especie evolucionando. ¿Han visto ustedes alguna?
En fin, es viernes… prepárense a descansar.
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