Luego de un breve receso, este Viejocaminante vuelve a hacer lo que mejor sabe, hacerla de andariego y seguir por ahí contando algo de las cosas que ve.
Habiendo ido a buscar a mi esposa a su trabajo -ella enseña en el populoso distrito de El Agustino-, tuve la suerte -no sé si buena o mala- de pasar por el jirón Huánuco, entre Gamarra y la avenida Grau. Para quien no ha pasado por ahí, le dejo este mensaje: ¡No pase!
El sitio en cuestión es lo más parecido a un presidio que he visto. El mundo plasmado en la clásica cinta "Mad Max", es un paraíso comparado con lo que uno encuentra en este lugar.
Lo curioso es que en ese verdadero inframundo, se hace palpable aquello del discurso oficial y los discursos subyacentes. Uno no puede iomaginar al alcalde de Lima imponiendo su autoridad allí, es claro que no. Las autoridades allí no se eligen, se imponen al estilo selvático. Cuando dicen que las calles son una selva y que impera la ley del más fuerte, uno no tiene idea de cuán cierto es esto hasta que lo ve. La Policía brilla por su ausencia y solo hace su aparición en aquellas ruidosas -y poco efectivas- redadas que acaparan los titulares televisivos.
Es claro que no he puesto ninguna fotografía porque ni a balas iba a atreverme a tomar una y tampoco encontré alguna en la web, pero el lugar es sencillamente intimidante. La ley que impera allí -presumo- ha de ser la misma que la de las cárceles.
¡Ah, qué hermosa es mi ciudad!
¿Alguien sabe cómo construir una bomba atómica?
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