lunes, 11 de agosto de 2008

A un año del terremoto de Pisco ¿Necesitamos un Superunda?

A casi un año del último gran terremoto que ha asolado tierras peruanas, y antes de hablar de la zona más afectada (hablo del terremoto del 15 de agosto de 2007 y de la ciudad de Pisco), no puedo sino ponerme a pensar en los terremotos pasados y en cómo estos, han afectado la configuración de las ciudades peruanas.

Cuando uno se propone hablar del 'rostro' de la Ciudad de Lima, por ejemplo, no puede dejar de hablar de dos terremotos famosos el de 1687 y el de 1746. El que más destrozos y muertes ocasionó fue este último, el de 1746. Tras el cuál el virrey José Antonio Manso de Velasco y Sánchez de Samaniego, emprendió la reconstrucción de la ciudad de Lima y del Callao, que había sido barrido por un maremoto o tsunami. Este empeño en la reconstrucción valió al conde la posibilidad de ser recordado en la historia por dos motivos principales, por haber reconstruido la ciudad y porque se le empezó a llamar Conde de Superunda -algo así como Conde que se sobrepone a la ola- nombre doscientas mil veces más breve y fácil de recordar que su nombre original.

Hasta ese sismo en casi doscientos años, se habían registrado trece sismos de gran intensidad en 1582, 1586, 1609, 1630, 1655,1687, 1694, 1699, 1716, 1725, 1732, 1734 1743, los mismos que habían puesto los pelos de punta a los habitantes.

El asunto, a resumidas cuentas es que Lima, que había empezado con una cara renacentista cambió a una más barroca y luego a una cara de hibridaciones entre lo barroco y lo neoclásico. El rostro urbano cambiaba.


El pisco es peruano
El pisco es peruano, pero Pisco es de los pisqueños. Olvidados por la autoridades, la ayuda se pierde en el camino. Pisco empieza a levantarse en medio del caos. Nuevamente aparecen las casas de adobe, nuevamente el caos campea. Mi colaborador y amigo en Olla común: 'Negro', me decía que Pisco era la oportunidad para hacer una ciudad desde cero, de mejorarla, pero que era una oportunidad desperdiciada, una muestra de mediocridad.

Por eso pensaba si será necesario un Superunda, suerte de súper héroe que levantara a Pisco, porque aunque muchos se pusieron de pie para ayudar, es claro que más fácil levantar un vaso y decir rabiosamente: El pisco es peruano, que ponerse a pensar y decir: Pisco es peruano
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p.d. Mientras escribíamos estas notas, Alan bailaba al son del Grupo 5 en Palacio de Gobierno con la cofradía aprista

4 comentarios:

  1. Muchas gracias por el comentario que has dejado en mi bitácora. Te he contestado y además me quedo como lector de tu blog.

    PD. Fíjate que desde que tomé mi primer Pisco Sour en Santiago de Chile siempre pensé que el pisco era chileno.

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  2. Y, si algo innegable es que Chile hizo famoso el pisco. Chile exporta más pisco que Perú. Sin embargo, si pruebas el pisco sour peruano, verías la diferencia.

    Muchos saludos, también.

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  3. io soy de pisco y creanme que al amanecer al siguiente dia era horriblee
    ahhh el pisco es peruano

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  4. Que desastre que a un año del terremoto Pisco siga viéndose igual, una ciudad en escombros.Se hace mucha propaganda al Pisco y no se hace nada por Pisco ¡qué patético!

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