Publicada en la Universidad de La Cantuta un 26 de diciembre de 1969, aparece una extraña novela. Su nombre: El escarabajo y el hombre Han pasado veintidós años desde la primera vez que la leí y sin embargo sigo encontrando cosas interesantes en ella.
Presentada a la manera de una 'instalación', El escarabajo..., tiene en sí tres historias que se conectan de alguna manera por el escarabajo que empuja una bola de estiércol. cada una de las historias es además contada en una forma narrativa distintay, en un distinto nivel del habla. Esto es algo curioso, a pesar de haber pasado casi cuarenta años desde que fue escrito, el libro puede ser muy bien adaptado a la realidad de los jóvenes de hoy. La jerga que usan en los bares y los temas que tratan siguen siendo manejables:
"Profe, jodido, jodido: que no vas a la fiesta, solo por hacerle sentir mi autoridad, si vas: te pego, meterle miedo, porque sino se le resbala con tanto lobo hambriento que hay en el barrio: ¿qué por qué lo miraste así al selvático?, ¿qué, acaso no me di cuenta cómo lo saludaste a Pisquito?"
Los personajes que describe Reynoso son jóvenes, jóvenes violentos, desarrapados del mundo que se entretienen tomando, rodeados de sueños fatuos, pero sin una meta clara a la cual llegar, de alguna manera ellos son como ese escarabajo que rueda una bola de estiércol por las calle y que cruza la pista sorteando las veloces llantas de los autos. Existencias inútiles llenan las páginas de este libro.
De otro lado hay una historia de unos muchachos viendo un escarabajo que rueda una bola de estiércol por la calzada. Sumándose a esto, la tercera parte es una descripción casi científica de la vida del escarabajo.
Curiosas ilustraciones forman parte del texto. Fueron ellas las que llamaron mi atención cuando muchacho. Hoy lo leo con otros ojos, me fijo en los aspectos técnicos, en los niveles del habla o en sus personajes. Ha cambiado mi óptica, pero sigue gustándome su propuesta
donde sea que este el Maestro Oswaldo Reynoso
ResponderEliminara traves de su blog
reciba un abrazo caluroso
de Rosario desde Italia