miércoles, 7 de noviembre de 2007

Pasiones juveniles...


"A veces quisiera ser más vieja porque la juventud lleva en sí, la imperiosa, la implacable necesidad de relacionarlo todo con el amor."*


Empiezo a escribir, citando una frase de la escritora mejicana Elena Poniatowska (México 1932), porque siempre me ha resultado interesante el vínculo que hay entre la juventud y esa tendencia a hacer de todo una tormenta, a maximizar cosas que vistas desde fuera pueden resultar ponderables.

Ahora bien, según creo, este arrebato juvenil deriva, no tanto del amor en sí, como sugiere el personaje creado por Poniatowska —no es la intención de estas líneas criticar lo que allí se afirma, esta es solo una disquisición derivada de la lectura—, sino que se trata de la pasión, cuyo rostro más conocido es quizá el del amor de pareja.

Pero la pasión no es solo propia de ese tipo de amor. La pasión juvenil, o mejor dicho, las pasiones juveniles son aquello que hace que los jóvenes quieran cambiar el mundo y es lo que hace que actúen sin meditarlo demasiado, impulsivo, se le llama. Algo interesante, que se puede comprobar echándole una mirada a la historia, es que los jóvenes son aprovechados muchas veces por el discurso vehemente de pensadores o ideas, que no son jóvenes. Un ejemplo de esto es el nazismo hitleriano, en el que los jóvenes abrazaban ciegamente la causa del führer**. Ya sé que se dirá que el fenómeno fue extendido a la población alemana del Reich, sin embargo es sabido el celo que profesaban las juventudes hitlerianas por su "credo".

Para bien o para mal, desde los jóvenes nazis, pasando por los hippies pacifistas e incluso por los jóvenes revolucionarios que acompañan toda intentona reformista en América Latina —aun cuando en el ínterin se dediquen a teorizar—, la pasión es la que lleva de la mano a las masas soñadoras, optimistas y bulliciosas.

Hay, o debería haber, de ser cierto lo que creo, una muy estrecha relación entre pensador antiguo y juventud, entre pensamiento y acción, en el equilibrio que puede surgir entre aquellos que creen saber cómo se deben hacer las cosas y los que sin medir demasiado las consecuencias para su propia integridad, las hacen por vehemencia.
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*Poniatowska tiene en su haber el premio Alfaguara (2001) y el Rómulo Gallegos (2007). Tiene además un espacio de opinión en Televisión. El fragmento corresponde al cuento intitulado "El recado".
**De ahí, la foto que ilustra esto, con Hitler pasando revista a sus tropas en Berín (la última foto que se le tomó, dicho sea de paso)