Hasta inicios de los
años ochenta los peruanos creíamos que éramos una potencia futbolística, la
prensa nunca tan nacionalista como cuando se habla de balompié, nos había hecho
creer que habíamos sido la sensación del Mundial de México 70, que la rompimos
en Argentina 78 y que éramos favoritos en España 82. Todo iba bien, se
clasificaba seguido al Mundial, y aunque a Perú le habían encajado unas cuantas
goleadas Pocho seguía transmitiendo los goles de Cubillas, llenaban los ojos
las piruetas del flaco Malásquez. La fuerza atacante de Franco Navarro y la cuchara de Uribe asomaban como el
futuro de la selección. Cueto, Chumpitaz, Cubillas y compañía eran inacabables
y el mundo le era tan propicio a la selección peruana, que incluso le ganó por un gol a cero a la
poderosa selección francesa jugando en Francia.
Camisetas para todos los gustos. |
Lo cierto fue que
llegó el Mundial de España, y a Perú le tocó un grupo dificilísimo en el que tuvo
que jugar contra Italia (a la postre campeón mundial), Camerún (que veía venir sus años de gloria) y Polonia (poderoso equipo
de Lato que se quedó con el tercer puesto y antes de eso le metió cinco goles
al equipo peruano), y Perú se fue eliminado y humillado.
Pasó el mundial de España, vino
México 86, vino Italia 90, Vino EEUU 94, Francia 98 y ya mejor no seguimos
contando, vino todo el mundo y Perú ya no clasificó más, y la emoción ahora al hincha no suele
durarle más de cinco o seis partidos de la eliminatoria sudamericana, tras los cuales
a los peruanos, que tanto nos gusta el fútbol, no nos queda otra que hacernos a la
idea de que tenemos que ser hinchas de otras selecciones. Colombia, Italia,
Argentina, Alemania, Brasil son solo algunas de las opciones para escoger. Y así los peruanos encontramos otra forma de llegar a los mundiales.
Selecciones hay de
todos los gustos y colores, para qué lamentarse de no clasificar, no, pues, eso
es para tontos. A disfrutar el mundial se ha dicho, pero no como observadores
imparciales, sino como hinchas, y como hinchas fanáticos que lloran, se
insultan con los hinchas de otras selecciones, porque, claro, no se puede ser
hincha sin ser medio barrabrava, y entonces ya así, como hinchas cosmopolitas, alentando a todas las otras
camisetas, los peruanos hemos descubierto como vivir y sufrir la euforia de los
mundiales, y de nuevo, durante un mes deportivo, somos felices.