Larga data
relacionada con las letras peruanas, la crónica ha tenido varias facetas, desde
los cronistas españoles, que tienen tanto de literatura y tan poco de historia,
hasta las Antimemorias de Bryce,
pasando por las pinceladas costumbristas de Federico Elguera o Atanasio Fuentes
(por citar solo unos ejemplos) se ha pasado de lo grandilocuente a lo
tragicómico en un pestañear de ojos que ha servido como pretexto para pintar un
fresco de nuestro entorno.
En esta tradición
se enmarca Crónicas de la Esquina. La
historia de un equipo de fulbito de barrio le da pie a Alejandro Smischek para
narrarnos al menos cuatro historias que nos atrevemos a presentar así:
- La historia del barrio de Santa Beatriz, apodado "Zona Rosa" por el movimiento de oferta sexual que allí había entre los años setenta y ochenta.
- La historia de un joven luchando por —según testimonio propio— conocer la vida, el amor y los códigos de la calle que otros conocían y él no.
- La historia de las luchas y antojos de la juventud limeña urbana del periodo mecionado, y
- La historia del equipo de fulbito «Zona Rosa», campeón y símbolo de la unidad para una generación.
Suelo pensar que
la literatura peruana se mueve entre lo elegíaco y la comedia porque el pueblo
peruano sufre y ríe con igual intensidad. Esto se puede observar en las Crónicas de la Esquina. El mundo del alcohol,
de las drogas, y las chicas narradas en lenguaje callejero por un muchacho, el alter ego de Smischek,
que en medio de esa vorágine mantiene la lucidez suficiente como para hacer
algo que en ese momento sonaba a sueño de opio, pretender recoger algo de sus
vivencias para la posteridad.
He tenido la
suerte de vivir en Santa Beatriz, el contexto en que se narran los
acontecimientos, y lo narrado de esa manera se me hace natural y en cierta
manera nostálgico, a pesar de la pluma ingeniosa y cómica de Smischek, sin
embargo es evidente que no es necesario conocer el barrio, la historia de
Crónicas de la Esquina es la historia de un barrio, de un joven en el tránsito
de hacerse hombre, de buscar su camino y de luchar por la libertad.
Lo malo es que no es una edición muy cuidada, abundan las erratas. Más allá de esto, la lectura es entretenida y recomendable.
Lo malo es que no es una edición muy cuidada, abundan las erratas. Más allá de esto, la lectura es entretenida y recomendable.