miércoles, 13 de junio de 2012

El género apocalíptico

Seguramente algunos de los textos que más han dado que hablar son los relacionados con el futuro, especialmente si a ello se añade el tema fin del mundo. Desde Nostradamus al Horóscopo Maya, pasando por un número casi infinito de autores, son muchos los que se han ocupado del tema.

Sin embargo el libro más famoso al respecto es sin duda el Apocalipsis de Juan, que aparece al final de la Biblia cristiana. Libro polémico desde sus inicios, se supone fue escrito hacia el siglo I, cuando ocurrían las primeras persecuciones contra los seguidores del cristianismo.

Giro semántico
Debemos empezar reconociendo que apocalipsis, fuera de lo que en ocasiones pudiera pensarse, no significa fin de los tiempos, ni nada que se le parezca. Apocalipsis (en griego Ἀποκάλυψις) significa revelaciones, nada más que eso. Es el contenido de las revelaciones el que ha hecho que vocablo adquiera otras dimensiones, como bien muestra la Real Academia Española:



apocalíptico, ca.
(Del gr. ἀποκαλυπτικός).
1. adj. Perteneciente o relativo al Apocalipsis.
2. adj. Misterioso, oscuro, enigmático. Estilo apocalíptico.
3. adj. Dicho de lo que amenaza o implica exterminio o devastación: Terrorífico, espantoso.

El género apocalíptico
Ahora bien, como suele ocurrir con diversos textos, no todos han leído el Apocalipsis de Juan, sin embargo muchos saben del número de la bestia, el falso profeta y el Armagedón. Lo que ocurre es que el género profético produce una muy humana curiosidad morbosa que tiene como resultado que sea rentable —económicamente hablando— hablar del fin del mundo o de las señales del fin de los tiempos. Asimismo este género ha sido desde muy antigua data usada en toda clase de sermones, tanto así que el Concilio Laterano de la época del papa León X se da la bula Supernae majestatis, que entre otras cosas prohíbe hablar de la venida del Anticristo o la del juicio final.

Los Anticristos
Igualmente de la figura del anticristo se ha revestido cuanto tirano de cierto renombre y agresividad ha habido, de Nerón a Osama Bin Laden, pasando por una gigantesca lista de nombres entre los que aparecen Domiciano, Martín Lutero (desde del lado católico), los papas (desde el lado protestante), Napoleón, Hitler, Stalin, Saddam Hussein y Perico de los Palotes.

¿Qué tan cierto es esto? Se afirma que son «arquetipos de anticristos». Pero lo cierto es que en el Apocalipsis de Juan no se menciona al anticristo, se habla de «los anticristos» en las cartas del mismo apóstol y, en todo caso, del espíritu del anticristo —el engañador que ya está en este mundo—, dice él. Pero y el anticristo, en forma impersonal, quizá sea el que aparece como la bestia del seis, seis, seis, un engañador, difícilmente un tirano abiertamente despótico.

¿Señales del fin de los tiempos?
Otro asunto que ha dado mucho que habla han sido las señales del fin de los tiempos. Cada vez que hubo una crisis, terremotos o sequías se habló de las señales del fin de los tiempos. Lo curioso es que ya en más de una ocasión se ha esperado adivinar cuándo será que ocurra esto, y esto es parte del género apocalíptico. Todos quieren ser profetas.

Pero desde un punto de vista netamente religioso no tiene mucho sentido obsesionarse por saber cuándo sería el fin del mundo, puesto que como base dice Jesús que ni siquiera los ángeles saben cuándo esto sucedería, así, parece ser que la obsesión por adivinar, populachera, rentable y efectista no es muy acorde con la fe cristiana que lo único que pide es estar preparados siempre.

Y usted… ¿cuándo cree que será el fin de los tiempos?

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Imagen El Anticristo con el diablo de Luca Signorelli (1505)