Hoy 17 de junio vi algo contrariado la noticia de una niña, hija de un miembro de la Policía Nacional, que escapó de su casa porque no soportaba sufrir en carne propia los constantes insultos de sus compañeros de aula, quienes incluso le dijeron «fea» vía Facebook. Todo esto ante la evidente pasividad de las autoridades escolares y el olvido sufrido en casa.
Ya lo he dicho antes, en esto del bullying agresor y agredido son víctimas y, un claro ejemplo de esto es ese comentario que una compañera escribe. Uno puede preguntarse qué puede haber en la cabeza de esa chica que escribió un insulto semejante a su compañera y la respuesta es que no hay otra cosa que dolor y proyección de la personalidad, sí esa niña le lanza todo aquello que la martiriza a su amiga, imagina en su poco desarrollado cerebro que humillando a otro marca distancia respecto de su víctima, de manera tal que decirle fea a la otra implica un soy bonita, por eso digo fea.
Claro, los agresores en esto del bullying son gente maltratada en la sociedad que piensan en sus cerebros atormentados que si hay alguien más miserable que ellos, entonces están bien, una versión del viejo «mal de muchos, consuelo de tontos» llevada al extremo. Patético.
