Una cuadrilla de equidnas disfrazados de escolares se enfrascó en una descabellada lucha contra lo muros de Chan Chan. Como era de esperarse los muros llevaron la peor parte. La pregunta que sale a la luz es si acaso tienen sentido las excursiones escolares.
Hasta donde yo recuerdo mi época escolar —gracias al cielo he casi olvidado casi por completo esa espantosa y completamente inútil etapa de mi vida— los simiescos alumnos consideraban este tipo de actividades simplemente como un día en el que no había clases. Con lo que, en sus cerebros incipientes todo se reducía a la sencilla fórmula:
Excursión ==> No clases
No clases ==> Juerga
Y esto era en mi época, ahora, con los adolescentes estupidizados con sobredosis de campeonato descentralizado, reggaeton y programas televisivos absolutamente deleznables la cosa debe ir de mal en peor.
Peores que robapulmón
Si hace unos meses el Presidente se rasgó las vestiduras por el caso del pulmón robado —aunque de tan apretadas que le quedan ya se rasgan solas—, y dijo que esto dejaba por el suelo la imagen del país, mucho peor ha sido la actitud de estos animalejos que encima colgaron su video en YouTube.
Ahora bien, a ellos se les descubrió porque hicieron la estupidez —les ganó el afan de figurar, la manía mediática— de colgar el video, pero día a día los escolares van y destruyen cosas como esa, escriben sus nombres, dibujan corazones o colocan los emblemas de sus equipos de fútbol favorito.
¿Y el castigo?
El ministro quiere que pidan disculpas. ¡Habrase visto semejante cosa! Lo que debería hacer es prohibir que se hagan más paseos escolares.
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